Existe el mantra muy extendido de que toda contaminación procede siempre de las grandes empresas. Sin embargo, no todas las industrias son iguales, ni todas las marcas tienen el mismo tipo de control energético sobre sus fuentes de recursos. Hay algunas con mayor sensibilidad que han entendido que la utilización de fuentes limpias no es una opción, sino una necesidad que representa un cambio de modelo en la industria mundial.
Control energético y uso de energías renovables
¿Cómo se puede transitar de un tipo de fuente a otra? Lo primero en lo que hay que trabajar es en un sistema de control energético. Esto pasa por un cambio de mentalidad y en monitorizar, a través de aplicaciones y aparatos, el consumo que emite un negocio en su totalidad, ya sea en sus oficinas, fábricas, etc.
El objetivo de esto es ponderar las necesidades reales hasta dar con la horquilla de energía que es realmente necesaria. Así, irán aflorando poco a poco aquellos gastos más superfluos o exagerados que haya, para que se reduzcan.
El siguiente paso sería diseñar una red de apoyo con energía limpia y renovable que pueda sustituir el consumo de las no renovables. Puede, por ejemplo, plantearse la instalación de paneles solares para ir aumentando la utilización de renovables y complementar este modelo contratando una fuente eólica, hidráulica, etc. No obstante, la solar acostumbra a ser la opción más interesante en el mundo empresarial.
Hay que tener una cosa en cuenta, y es que la transición energética no es algo que pueda darse de forma total y rápida. Es más bien un proceso que exige años en el caso de las grandes marcas. Y para que pueda funcionar y ser un modelo estable de consumo, lo primero pasa por una monitorización eficiente y contar con aparatos de medición de calidad que arrojen cifras precisas.
En cualquier caso, el empleo de opciones limpias y renovables en los grandes negocios no es algo minoritario, aunque tampoco es una realidad que se extienda sobre las principales firmas. Por eso es interesante analizar algunos casos de éxito para ver cómo se han planteado.
Grandes empresas y eficiencia energética
Estos son algunos ejemplos del uso de energías renovables en grandes empresas que han sido un éxito y han supuesto un cambio de rumbo en su manera de proceder.
Inditex
El gigante gallego se había fijado para 2025 utilizar exclusivamente modelos no contaminantes en sus tiendas, oficinas e instalaciones. No obstante, todo cambió en el año de la pandemia. A partir de ahí, apostaron mucho por el control energético, algo que les facilitó ver qué gasto era esencial y cuál no. Una vez redujeron los más superfluos, empezaron a buscar nuevas opciones de abastecimiento, siendo este es uno de los mejores ejemplos de control energético.
Los paneles solares, sin lugar a dudas, han sido esenciales para garantizar la alimentación energética de las tiendas y oficinas. Pero, como sucede a veces con las renovables, este no ha sido el único recurso. También se ha planteado la instalación de aerogeneradores para alimentar sus oficinas centrales.
Estos cambios y el parón sufrido durante la pandemia han garantizado que, en el 2022, el gigante textil consiga sostenerse exclusivamente a partir de energía sostenible. Y no solo los espacios físicos. Es algo que también afectará a sus servidores online. Una muestra perfecta de que también las grandes marcas son capaces de hacer algo, y de hacerlo en poco tiempo.
Ferrovial
La empresa de infraestructuras y transportes ha dado un vuelco en su estrategia. Si bien hasta el 2018 solamente había producido o creado fuentes renovables de energía para otros, desde 2018 ha empezado a hacerlo para el autoconsumo. De esta forma, Ferrovial logró operar y producir utilizando una alternativa limpia y sostenible.
En principio se destinará a las oficinas que la empresa tiene en España y Portugal, aunque todo apunta a una escalada en la operación.
NH Hoteles
La conocida marca hotelera se ha volcado también en plantearse de otra manera el consumo que hace en sus establecimientos y hoteles. La multinacional española tiene, desde 2018 prácticamente el 75% de su energía con fuentes de tipo sostenibles. Pero no es algo que hayan realizado únicamente en territorio nacional.
Al operar en otros países, también han buscado este cambio de paradigma en otras zonas, como Italia o Luxemburgo. De esta manera, el 80% de su consumo en el continente Europeo proviene enteramente de fuentes sostenibles. Un cambio por el que no han dejado de apostar durante estos años.
En definitiva, el control energético es un paso crucial para que una empresa (con independencia de su tamaño) pueda empezar a contar con una sostenibilidad energética. Lo primero es medir el gasto, para corregir desajustes y confirmar necesidades. Con ello, además, se muestra una clara implicación con el medioambiente, un hecho valorado cada vez más por los consumidores.
