La escalada en el precio del CO2 o dióxido de carbono amenaza con afectar gravemente a la
actividad de un gran número de empresas españolas. El aumento de la cantidad que se paga por el
gas y la reforma del Régimen de Derechos de Emisión de la UE (EU ETS) son las principales causas
de la subida.
¿Subida coyuntural o sistémica?
La industria española viene haciendo frente, en los últimos años, a un coste energético muy elevado.
El precio que se paga por la emisión de CO? y la reforma acometida hace dos años por la Unión
Europea para fomentar la reducción de emisiones de gases contaminantes son solo dos de las
señales de lo que parece ser el inicio de una transición hacia un modelo energético más sostenible.
Además, hay muchas industrias que necesitan de este gas para su producción. Son, sobre todo, las
ligadas a la ganadería, a la refrigeración y a la producción de alimentos. A falta de saber si esta
subida es coyuntural o sistémica y permanente, hay expertos que ya vaticinan que se prolongará.
Ante eso, la respuesta de la industria podría ser poner en marcha medidas tendentes al ahorro y la
eficiencia energética. De hecho, existen opciones para mejorar el control y la gestión del consumo.
Son fórmulas innovadoras, basadas en hardware y software puntero y creado específicamente para la optimización energética. Incluyen contadores de distinto tipo, software de gestión energética y
utilización de energías renovables.
De hecho, instalando placas solares, muchas empresas podrían reducir hasta un 80 % su factura de
la luz. Las posibilidades, no obstante, no quedan ahí. Las industrias acostumbradas a los cortes de
luz o sobretensiones pueden recurrir a un protector de red. Gracias a este sistema evitan las
pérdidas económicas derivadas de los cortes o las perturbaciones eléctricas que fuerzan paradas en
la producción o daños en su maquinaria.
En el escenario actual, la salida a una posible crisis energética pasa por conocer las necesidades de
consumo de la industria española y aportar soluciones basadas en el control y el ahorro.
CO2, una sustancia clave para las empresas
El dióxido de carbono es una sustancia clave para la industria en general. Se usa, por ejemplo, para
añadir gas a algunas bebidas, en productos congelados y para los procesos ganaderos. Es, por un
lado, necesario para el funcionamiento de muchas empresas. Por otro, sin embargo, es altamente
perjudicial para el medioambiente. Es uno de los principales causantes del efecto invernadero y, por
lo tanto, del cambio climático.
Esto ha hecho que la Unión Europea lleve combatiendo su vertido a la atmósfera desde el año 2005
con una tasa que grava las emisiones. El informe del Banco de España, titulado El papel del coste de los derechos de emisión del CO2 y del encarecimiento del gas en la evolución reciente de los precios minoristas de la electricidad en España, deja claras las implicaciones de esta política impositiva en la subida del precio de la luz.
Ante esta realidad, la industria española dispone de una serie de opciones alternativas. Son formas
de conseguir la eficiencia energética, ahorrar en consumo y evitar la excesiva dependencia del CO2.
Entre ellas se encuentra la sustitución del contador fiscal por el contador inteligente o smart metering para controlar el gasto y reducir la factura de la luz. La telemedida, por otro lado, es la lectura del consumo de forma remota y en tiempo real.
Precios al alza del CO2
La carencia del suministro de CO2 y la subida de los costes de emisión afectan a muchos sectores
productivos. En el origen de la subida de precios está, en relación con los factores citados
anteriormente, el interés creciente de los especuladores y también una subida de la demanda de la
industria. El resultado es un precio que prácticamente dobla al que había en 2020.
Por eso, desde distintos sectores empresariales se han comenzado a aplicar medidas que reduzcan
el impacto de esos precios. Otro ejemplo está en aquellas industrias que quieren mitigar los efectos de las penalizaciones por energía reactiva y capacitiva. Las dos tienen posibilidades de ahorro, sobre todo después de la entrada en vigor de las nuevas tarifas de la CNMC (Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia).
En el caso de las empresas agrícolas, por ejemplo, pueden ponerse en explotación las denominadas
electroválvulas. Estas permiten programar el riego para las franjas horarias que resulten más
rentables para el agricultor. De esta forma, las válvulas se abren y cierran de manera controlada.
En definitiva, en la industria española hay ya numerosas iniciativas para aprovechar esta coyuntura
de la subida del precio del CO? y adoptar soluciones innovadoras. Se buscan técnicas que
incrementen la eficiencia energética y reduzcan los costes. Esta sería una forma de mitigar el alto
coste energético, además de contribuir al cuidado del medioambiente y acometer el cambio de
modelo hacia uno basado en la eficiencia energética y las renovables.