Áreas privadas

El autoconsumo, una realidad próxima en las industrias

Cada vez son más los asesores energéticos que animan a sus empresas a optar por el autoconsumo energético. No solo es una medida con un gran impacto positivo en la economía de la empresa, también es una obligación medioambiental que poco a poco se va imponiendo.

La energía solar: la fuente renovable del futuro

Una buena manera de anticipar el empuje que tendrá una propuesta de este calado es estudiar a otros estados europeos. En general puede apreciarse un desfase bastante importante. Mientras que países como Italia han apostado por la energía solar como una manera de mantener y alimentar a sus industrias, España se ha ido quedando rezagada de forma considerable, hasta ahora.

Durante años, existieron trabas administrativas que impedían la instalación de placas fotovoltaicas con el fin de autoabastecerse . Pero en 2019, año que lo cambió todo, se aprobó un Real Decreto que fijó la manera y los usos que las empresas y particulares pueden hacer de la energía solar. Esto, sumado a los compromisos europeos asumidos para el año 2030 de implantar hasta un 32 % de energía solar, evidencia que se trata de una realidad cada vez más próxima.

Es por ello que en los últimos años, hubo un aluvión de empresas que no han dudado en apostar por la energía solar para presentarse como empresas respetuosas con el medio ambiente, al mismo tiempo que ahorran en su factura de la luz, en una época donde el precio de la electricidad no para de crecer.

¿Qué aporta el autoconsumo en la industria?

La ganancia medioambiental está clara. Pero, ¿de qué manera se puede beneficiar el sector industrial de este avance? Si eres asesor energético, atento, porque estás son las ventajas más significativas que puedes ofrecerles a tus clientes mediante la instalación de placas fotovoltaicas:

Un ahorro notable en el gasto energético

No es lo mismo depender de una red eléctrica con precios fijados por mercados, que disponer de placas solares para industrias propias que suministren gran parte de las necesidades energéticas. En este último caso, la empresa experimentará un ahorro significativo que, a largo plazo, será más que rentable. Por lo tanto, puede también ser una cuestión puramente económica.

El sector industrial tiene el terreno ideal para ello

Un pequeño negocio en la esquina de una concurrida calle de barrio tiene limitaciones que no afectan a una fábrica en un polígono y a las afueras de la ciudad. En el caso de este último tipo de empresas, en prácticamente el 100 % de casos se cuenta con una superficie amplia en la que instalar los paneles. Ya sea en la propia cubierta del edificio o en los terrenos de los alrededores. Además, como se suele trabajar en horario diurno, se puede hacer un aprovechamiento directo de la energía que se produzca.

Un incentivo para la competitividad

Si volvemos al lenguaje económico, la electricidad es un factor clave en el coste de los productos, y más ahora, que se ha visto encarecida.

Ya sea por su producción directa, o sencillamente por crear las condiciones eléctricas adecuadas para su venta o distribución, la electricidad puede llegar a encarecer, y mucho, el precio final de ciertos productos. Esto quiere decir que, si se dispone de una red que suministre electricidad con una tarifa menor, también se puede abaratar el precio final de la pieza. Y, de esta manera, la marca conseguiría un plus de competitividad y un mejor posicionamiento dentro de su mercado, sin sacrificar la calidad final de su producto en este proceso.

Un impulso excelente para la imagen de marca

Hoy en día la sostenibilidad es un tema sensible, con el que cada vez más consumidores están concienciados. Si se dejan a un lado incluso las exigencias políticas, que poco a poco se van implementando, es fácil ver que una empresa que apueste por la sostenibilidad de su modelo de negocio va a tener un mejor desarrollo en el mercado. Además, la imagen de respeto al medio ambiente y de energía verde son hoy en día dos importantes valores añadidos con los que hay que jugar. Por lo tanto, la empresa verá favorecida su imagen.

 

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¿Y qué modalidad de autoconsumo en industria es la más interesante?

¿De qué manera puede una firma verse todavía más favorecida por este tipo de energía? Existen dos modelos de producción:

  • Individual sin excedentes: En este caso, la energía extra que se produjese tendría que ser almacenada por la propia empresa para aprovecharla en otro momento, ya que no se volcarían los excedentes de electricidad en la red eléctrica general.
  • Individual con excedentes: Aquí, por un lado, está el modelo no acogido a compensación. Esa energía extra se vende a la red eléctrica y dicho trámite exigirá presentar factura y estar debidamente reflejado en la facturación. Por otro lado, el modelo de excedentes acogido a compensación es el más interesante, ¿por qué? Es difícil que a partir de energía solar se pueda cubrir el 100 % del consumo de una empresa. A veces es necesario utilizar la red eléctrica. Con este modelo, la energía que sobra va a la eléctrica, que la descuenta de la consumida. Esto quiere decir que la factura final se abarata todavía más.

En definitiva, el autoconsumo es una realidad en muchos edificios públicos y privados. Y el sector empresarial también empieza a arrancar con este tipo de soluciones. Ser de los primeros en apostar por esta tendencia supone indudables ventajas competitivas.

Si eres un asesor energético o una empresa y quieres aprovechar las ayudas para la instalación de placas fotovoltaicas, puedes ponerte en contacto con nosotros. Te ayudaremos a tramitar todas tus ayudas y a calcular la rentabilidad de tu instalación fotovoltaica.

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