Muchas empresas, pymes e industrias se han visto obligadas a cerrar sus negocios o la situación les ha llevado a disminuir su actividad debido a la propagación del COVID-19. Sus consumos eléctricos, lógicamente, disminuyen drásticamente.
En aquellos suministros que no cuentan con un contador con telemedida, las distribuidoras eléctricas pueden hacer lecturas estimadas de sus consumos por lo que la factura de la luz que les llegará será muy similar o igual a la que tuvieron durante el mes anterior.
La importancia de la telemedida durante el COVID-19
Es diferente, sin embargo, para aquellas Pymes e industrias que cuentan con un contador de luz con telemedida porque este sistema permite que se les pueda facturar con lecturas reales.
En aquellas empresas que han cerrado o han disminuido su actividad durante el Estado de alarma decretado, el término de «potencia» puede representar más del 80% de la factura de la luz. Por ese motivo, es fundamental que ajusten la potencia contratada y que lo hagan de una forma exacta que, al fin y al cabo, es lo que permite la telemedida.
«Es importantísimo ajustar la potencia contratada en aquellas empresas que no están teniendo actividad o que han tenido que disminuir su producción para que vean, de verdad, un descenso en su factura de la luz. Si no lo hacen correctamente, podrían penalizarles después«, explica Sergio Ferrer, CEO de Linkener, empresa que desarrolla soluciones tecnológicas de eficiencia energética.
De momento, las grandes distribuidoras ya han anunciado que permitirán disminuir la potencia contratada a todos los clientes que lo deseen mientras dure el estado de alarma para luchar contra la pandemia del coronavirus. Hasta ahora, solo se permitía un cambio anual en el término de potencia.