Áreas privadas

Jaque mate para las pequeñas compañías eléctricas

El precio de la energía suscita diferentes críticas y recelos. Para tratar de evitar un alza
descontrolada, se ha apostado por eliminar los límites máximos y mínimos, lo que traerá todo tipo de consecuencias a corto y largo plazo. De esta forma, la factura eléctrica de las empresas podría verse afectada.

Cambios en el precio de la energía

Hasta el momento, la normativa vigente estipulaba que los precios de la energía eléctrica debían
oscilar entre 180 €/MWh de máximo y 0 €/MWh de mínimo. De esta forma, se trataba de poner corto a posibles abusos que se pudieran dar por parte de las empresas. Sin embargo, las circunstancias han cambiado. A partir del mes de julio de 2021 la horquilla se ve aumentada.

Pasamos de los valores citados a un mínimo y máximo de -500 y 3.000 €/MWh para el mercado diario y de -9.999 y 9.999 €/MWh para el intradía, lo que supone una medida sustantiva y que amplía los límites dando mucho margen de maniobra a las compañías, en especial a las más grandes. El objetivo de esta decisión es equiparar a España con el resto de Europa, en la cual se dan precios negativos en la energía de forma normal.

Además de este cambio, podemos encontrar otros que resultan interesantes. Los cobros y los pagos, así como la valoración de garantías se modifican para adaptarlas a los precios negativos, los cuales se tendrán en cuenta a la hora de la estimación del pago máximo. También se elimina la condición de indivisibilidad, la cual resultaba compleja en algunos casos y tenía un difícil encaje dentro del sistema.

Los términos fijos y variables de la condición de oferta de ingresos mínimos y pagos máximos
quedan sujetos a valores positivos. Junto a esto, se producirán avisos en caso de que las ofertas
introducidas superen un umbral de notificación, el cual estará situado entre los -150 y 1.500 €/MWh y que solo afectará al mercado diario. Así, se permite ajustar con mayor precisión los precios. Los agentes podrán indicar el precio de las ofertas introducidas de forma automática en el sistema y que provengan de posiciones abiertas de unidades de contratación a plazo. Además, se incluirán las posiciones de las unidades genéricas intervinientes en los contratos bilaterales.

Debemos tener en cuenta que la norma busca adaptarse al Reglamento (UE) 2019/943. En el artículo10 podemos encontrar que el principio general no tendrá un límite máximo ni uno mínimo en los precios de la electricidad al por mayor. Este sería el apartado que trae esta modificación tan sustancial y cuyas consecuencias tardaremos en comprobar unos meses.

El efecto de los precios negativos en la factura de la luz

Pese a que podamos pensar que los precios negativos son algo exótico, su aparición tiene una
explicación: cuando hay una sobreproducción de electricidad, su valor cae hasta ser negativo. Sin embargo, el impacto que podemos encontrar en la factura de la luz no será relevante, es decir, no nos pagarán por consumir electricidad o que esta llegue a ser gratuita.

Los consumidores, sin importar que sean personas u organizaciones, seguirán pagando por el gasto que realicen. En el caso de los que estén en el mercado regulado, podrían beneficiarse de algún descuento en la factura, pero los costes de peajes y cargos seguirán encareciéndola sin remedio. El gobierno recogerá más impuestos.

Por el momento, los precios se mantendrán estables y muy cercanos a los que llevamos viendo los últimos meses. Es decir, será raro que se superen los 180 €/MWh en el futuro cercano. Además, para que existan bajadas de precio, se necesita una producción abundante de fuentes renovables, como la eólica o la solar. Se estima que se puedan dar negativos en el mercado continuo y de forma puntual en subastas intradiarias.

No obstante, con la adopción de esta normativa, se conseguirá armonizar el mercado mayorista
español con el del resto de países de la Unión Europea. El cambio en la normativa no solo trae esto, sino que podría incentivar la aparición de nuevas tecnologías con las que generar electricidad o utilizarla de forma más eficiente. Este es el caso de la consecución de mejoras en las baterías de las renovables o de una mejora sustancial en la producción nuclear gracias a centrales de fusión.

En cualquier caso, las soluciones vendrán con el tiempo y estarán basadas tanto en la innovación
como en las necesidades que se vayan abriendo paso. Tendremos que esperar para ver los
resultados, tanto si son negativos como positivos para los consumidores, quienes serán los
afectados por esta reforma tan importante.

En definitiva, el precio de la energía se libera de los topes que tenía hasta ahora y consigue un
aumento significativo en los mismos. Las consecuencias de estas medidas aún están por verse, ya que la configuración de nuevas tarifas tardará en darse al son que marque la producción y otras
modificaciones legales.

Desde Linkener sabemos la importancia que en estos momentos cobra el rol del asesor/a energético, es por ello que ofrecemos formación constante a todos nuestros partners para poder afrontar estos y otros cambios, siempre orientados a resultados en eficiencia energética. 

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