Áreas privadas

Cómo ha afectado el COVID a los mercados europeos eléctricos y a las comercializadoras

El COVID está haciendo estragos en el tejido económico mundial, y casi ningún sector se libra de su influencia. En este sentido, los mercados europeos eléctricos están registrando una bajada generalizada de los precios debido a la caída de la demanda industrial y al incremento de la producción eólica y solar. Por otro lado, según AleaSoft Energy Forecast, a finales de marzo se pudieron comprobar variaciones del consumo superiores al 7 % en países como Bélgica, Portugal, España, Italia y Gran Bretaña. A continuación te detallamos el estado de la cuestión en profundidad.

Los mercados eléctricos europeos: una visión general

El sábado 28 de marzo los mercados europeos eléctricos se desplomaron, registrando mínimos que no se veían desde hace dos años en el N2EX de UK (20,37 €/MWh), en el EPEX SPOT de Holanda (3,69 €/MWh), y en el Nord Pool de Escandinavia (5,02 €/MWh). El lunes 30 de marzo, el Nord Pool cerraba con precio medio de 8,49 €/MWh, rebasando la veintena de días por debajo de los 10 €.

En cuanto al MIBEL de España y Portugal, este fue el mercado que presenció menores fluctuaciones, con descensos del 8,3 y el 7,5 % respectivamente. Con respecto a los demás mercados, las variaciones del precio semanal oscilaron entre el 12 % y el 21 %. Detrás de este clima de incertidumbre se encuentran las medidas adoptadas por los diferentes gobiernos europeos para frenar el COVID-19.

Descenso de la demanda eléctrica

La bajada de la demanda, como decíamos al comienzo, ha sido la nota predominante en casi todos los países. Si nos fijamos en el caso de Gran Bretaña, las mayores fluctuaciones con respecto a su consumo habitual tuvieron lugar a partir del 23 de marzo y estuvieron motivadas por el establecimiento de la cuarentena. La caída fue del 13 %, y se notó su afectación, principalmente, durante las horas de trabajo.

En Italia, tras la introducción de nuevas medidas el 24 de marzo por parte del gobierno, se registró un descenso del 8,2 %; cabe señalar que se trataba de la tercera semana de confinamiento allí. La curva de consumo durante el día, a diferencia del caso anterior, se mantuvo como en semanas anteriores en cuanto a las horas habituales de mayor consumo; es decir, que este se incrementó a partir de las 6 de la tarde.

Atendiendo ahora al caso de España, la reducción de la demanda eléctrica tuvo lugar de manera más gradual desde que se declaró el estado de emergencia el 14 de marzo. En comparación con la semana anterior, el lunes y el martes descendió cerca de un 5 %; y a partir de ese miércoles la tendencia cobro fuerza, llegando hasta el 8 %.

Cabe señalar que, en algunos países como Italia, Francia y Alemania, el descenso de la demanda eléctrica también estuvo motivado por el aumento de las temperaturas. Mientras tanto, en el resto de territorios estas descendieron entre 1 y 2 ºC.

Efectos de la crisis sobre las comercializadoras españolas

En nuestro país, la ampliación del bono social para trabajadores que hayan sido despedidos y autónomos en cese de actividad prevista por el gobierno costará 23 millones de euros a las comercializadoras. Asimismo, la flexibilización de contratos de electricidad y gas supondrá más de 37 millones de euros al mes de ahorro para los usuarios, de los que 25,7 se imputan al sector eléctrico. Se trata de medidas económicas contenidas en el «macrodecreto ley» emitido por la administración para paliar los efectos de la crisis ocasionada por el coronavirus.

Ampliación del bono social

El descuento para hogares en situación vulnerable llega hasta el 25 %. Según las cuentas del Ejecutivo, el coste mensual para las comercializadoras de aplicar el bono social superaría los 7.700 € por cada 1.000 usuarios, tomando como referencia una factura con tarifa regulada para familias que tengan dos hijos, una potencia anual de 4,11 kW y un consumo medio al año de 2.438 kWh.

Flexibilización de la potencia

Se prevé que más de un millón de usuarios adapten su potencia. El gobierno toma como referencia los datos de consumo eléctrico de 2018 para realizar su predicción, y asume una bajada del 50 % en 1.052.555 contratos que, se estima, se beneficiarán de la flexibilización.

El sector advierte

Hasta 70 comercializadoras han firmado una carta enviada a la Secretaría de Estado de Energía que se ha compartido, a su vez, con la Comisión Nacional del Mercado y la Competencia, en la que advierten del aumento de la morosidad a causa de la situación actual. Las empresas firmantes señalan que, a causa de las medidas introducidas por el artículo 4 del Real Decreto-ley 8/2020, que impide el corte del suministro a los consumidores clasificados como vulnerables, se están incrementando los impagos en contratos tanto vulnerables como regulares.

En su carta, este compendio de empresas apelan a su capacidad de implementar medidas unilaterales para los usuarios vulnerables y discriminar en el resto de casos, en aras de poder continuar prestando sus servicios. En otras palabras, es una llamada al intervencionismo para evitar la quiebra por no poder competir con las ofertas de aplazamiento y fraccionamiento lanzadas por grandes corporaciones como Iberdrola y Endesa.

Proyecciones de recuperación

Tras escuchar la opinión de multitud de especialistas, parece lógico asumir que después de la crisis sanitaria tendrá lugar una crisis económica. Y, según los más pesimistas, será de proporciones épicas. De hecho, se estima una caída media del PIB de más del 6 % en la mayor parte de la Eurozona, y no es probable que alcancemos de nuevo los niveles de 2019 hasta pasados unos años.

Este fenómeno económico afectará a la demanda de electricidad a medio plazo, aunque será necesario valorar el peso de este sector en cada economía nacional. Y también se habrá de tener en cuenta otros factores relevantes, como la eficiencia energética de las infraestructuras o la propia estructura del tejido empresarial. Finalmente, y en relación a los precios que se registrarán en los mercados europeos eléctricos en los próximos meses, la recuperación estará determinada por los precios del gas más que por el incremento de la demanda.

Podemos concluir que la crisis ocasionada por el COVID no solo afectará a nivel sanitario: la economía del sector eléctrico también se verá gravemente resentida. ¡Tenlo presente y, sobre todo, cuídate!

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